Asomándonos al barrio de Almagro

Por: Tito Gastaldi

arq.tgastaldi@gmail.com

 


Transcurridos algunos meses desde nuestra última nota retomamos la actividad invitándolos, en esta oportunidad, a leer un pequeño artículo sobre el Barrio de Almagro.

Uno de los más tradicionales de la Ciudad. Muy relacionado con el tango y los típicos cafés porteños. Por sus calles y bares circularon muchos de los grandes del tango; tuvo el privilegio de ser el primer escenario que escuchó cantar a Carlos Gardel

El barrio surge a mediados del siglo XIX forjándose a partir de la que podríamos decir que es la “columna vertebral” del mismo, el antiguo “Camino de los Huesos”, hoy Av. Medrano – Castro Barros. Se lo llamaba así porque era el recorrido que seguían los arreos hasta los mataderos y algunos animales morían en el trayecto, quedando las osamentas a un costado del mismo.

Juan Almagro fue propietario de tierras en la zona y dona terrenos para que se construyese una estación de la primera línea ferroviaria que circuló por el país. Esa estación estuvo ubicada en la Av. Medrano entre Peluffo y Lezica. Sin embargo, era zona de quintas y la circulación de pasajeros era mínima por lo que años después fue desactivada. Pero el progreso avanzaba y se crean las compañías de tranvías. El Tranvía Rural de Almagro a Villa Urquiza va a tener su estación en Av. Corrientes y Av. Medrano.

La casa de la quinta del señor Almagro se ubicaba en la esquina Noreste de Av. Medrano y Av. Rivadavia, en el sitio donde ahora se encuentra uno de los íconos del barrio, la Confitería Las Violetas, todo un clásico porteño.

La Basílica de María Auxiliadora, imponente templo de la comunidad salesiana, proyectado por el arquitecto y sacerdote de esa orden, Enrique Vespignani, a principios del siglo XX, en estilo neorrománico lombardo, es uno de los patrimonios arquitectónicos más destacados del barrio. Junto al templo se encuentra el colegio Pío IX  de la orden en el que estudió Ceferino Namuncurá y donde Carlos Gardel fue empleado como encuadernador; ambos integraron el coro escolar. En la manzana aledaña está el colegio de niñas María Auxiliadora.

Basílica de María Auxiliadora

En este barrio, otro sacerdote, el Padre Lorenzo Massa, que estaba a cargo del Oratorio de San Antonio de Padua, funda el Club San Lorenzo de Almagro. Y en 1888, la Sociedad Italiana de Beneficencia en Buenos Aires, compra terrenos en la calle Gascón para la construcción del nuevo edificio del Hospital Italiano que se inaugura en 1901.

Asimismo, se encuentran aquí el Templo de Jesús Sacramentado, la Iglesia de Santa Teresa, la de Santa María de Betania, el Colegio Mariano Moreno, el colegio ORT, y la Facultad Regional Buenos Aires de la UTN tiene aquí una de sus 2 sedes.

El club Almagro tiene su sede en la Av. Medrano aunque su estadio se ubique en la provincia, más precisamente en la localidad de Tres de Febrero.

La tradicional fábrica Felfort nació aquí en 1912 y desde entonces el dulce aroma del chocolate impregna al barrio. En sus inicios fabricaba bombones y se fue diversificando, siendo la primera que elaboró huevos de Pascua en el país.

 

Y finalmente, antes de despedirme debo mencionar que el barrio tiene incluso un palacio. En un terreno triangular el Palacio Raggio se erige en la esquina de Av. Rivadavia e Hipólito Yrigoyen. Proyectado como edificio de renta con una alta torre de 70 metros, posee 7 pisos y el último posee el uso exclusivo de la terraza, aunque ello no fue impedimento para que en los 70 se llevasen a cabo bulliciosas reuniones en la sala circular del sótano conocidas como “Fiestas de las Catacumbas”, lo que ocasionó más de un inconveniente con algunos vecinos.

Palacio Raggio

 

Así llegamos al final de este breve recorrido por el barrio que vio cantar a Gardel por primera vez.

 

2020-07-15T18:13:58+00:00