Como parte del ciclo «Elige tu forma de conversar en familia» del programa #EligeTuForma, especialistas analizaron temas como el uso de las redes sociales antes de los 13 años, la alfabetización digital y el crecimiento alarmante de las apuestas online.

 

*Acompañar y pensar pautas familiares, herramientas para detectar y prevenir conductas riesgosas, e impulsar una actitud crítica, son algunas de las recomendaciones que brindaron.

 

En los últimos años, el uso de medios digitales ha crecido exponencialmente entre niños, niñas y adolescentes, generando nuevas formas de entretenimiento, socialización y aprendizaje. Sin embargo, junto con estos beneficios, surgen preocupaciones sobre el uso problemático de plataformas como las redes sociales, videojuegos y las apuestas online, que presentan riesgos significativos para los más jóvenes.

 

En este contexto, Chicos.net, asociación que hace más de 25 años  promueve el uso seguro, responsable y creativo de las tecnologías entre niños, niñas y adolescentes, realizó el tercer webinar del ciclo «Elige tu forma de conversar en familia», del programa #EligeTuForma.

En el encuentro, Marcela Czarny, directora de Chicos.net y especialista en ciudadanía digital, y Silvina Pedrouzo, médica pediatra, especialista en el uso y efectos de la tecnología en niños, niñas y adolescentes, y Presidente de la Subcomisión de TICs de la Sociedad Argentina de Pediatría, conversaron acerca de las características de esta problemática y las formas de prevención. Julieta Schulkin, periodista especializada en nuevas tecnologías, fue la moderadora del diálogo.


Las redes sociales, a pesar de estar legalmente restringidas a mayores de 13 años, se han vuelto accesibles a niños mucho antes de esa edad. Este fenómeno los expone a contenidos, interacciones y dinámicas para las que no siempre están preparados emocionalmente. La presión social por estar conectados y participar de la vida digital puede ser abrumadora, lo que lleva a un uso prolongado y, en algunos casos, a desarrollar una dependencia de las pantallas. Los padres y educadores tienen el desafío de establecer pautas claras sobre cómo y cuándo interactuar con estas plataformas, promoviendo un diálogo abierto que les permita a los chicos gestionar su vida digital con autonomía progresiva.

 

«Lo que tenemos que hacer es pensar cuáles son las pautas familiares, las pautas institucionales de una escuela, y ser creativos para consensuar con nuestros hijos e hijas los usos de los dispositivos», subrayó Czarny.


Por otra parte, los videojuegos, aunque pueden ser una excelente fuente de entretenimiento y aprendizaje, si se utilizan en exceso, pueden ser problemáticos. El diseño de muchos de estos juegos, especialmente los más populares entre los adolescentes, está pensado para generar una adicción: recompensas inmediatas, interacción constante y un universo virtual que absorbe al jugador. Es aquí donde la figura de los adultos como mediadores se vuelve crucial. No se trata de prohibir o demonizar el uso de los videojuegos, sino de acompañar a los chicos, entender los juegos que utilizan y guiarlos para que puedan disfrutar de este pasatiempo sin que se convierta en una actividad que desplace otras áreas importantes de su vida.

 

«Eso no tiene que ver con ser controladores, sino con ser mediadores. Ser alguien que está atento a lo que está sucediendo, a quien se pueda recurrir ante un problema. Hay que acompañarlos en la autonomía progresiva«, destacó Pedrouzo.


Un fenómeno alarmante que ha crecido significativamente desde la pandemia es el de las apuestas online, especialmente entre adolescentes varones. A partir de los 13 o 15 años, muchos chicos se ven atraídos por las apuestas deportivas, impulsados por campañas de marketing que asocian este tipo de actividad con el éxito y la productividad. Lo que comienza como una actividad lúdica puede rápidamente transformarse en una adicción, monetizando su tiempo de ocio y generando expectativas irreales sobre el dinero y el riesgo.

 

Pedrouzo explicó que: «Hay muchas campañas apuntadas a ellos, que están en esta etapa de vulnerabilidad. Se asocia el apostar al éxito continuo, al ser productivo y ganar con eso. Se monetiza el tiempo de ocio y el tiempo de juego». Además, resaltó el enfoque preventivo que se está promoviendo desde la Sociedad Argentina de Pediatría: «Estamos intentando incidir en todos los espacios, de desarrolladores, políticos, entre otros. Desde la medicina lo que intentamos es apuntar a la detección temprana, ver el abordaje con toda la familia, crear consensos y hacer las derivaciones oportunas al especialista».

 

«Esto se debe impulsar desde casa y en la escuela. Implica enseñarles a chicos y chicas que las aplicaciones están diseñadas para que ellos se queden ahí más tiempo, y que puedan analizar las publicidades a las que se exponen desde una visión crítica«, añadió Czarny.


Sin embargo, el desafío de enfrentar el uso problemático de los medios digitales no recae únicamente en las familias. Es una tarea colectiva que involucra a la comunidad educativa, las empresas tecnológicas y las instituciones gubernamentales. Como sociedad, debemos exigir regulaciones que protejan los derechos de los niños y adolescentes en el ámbito digital, según los principios de la Convención de los Derechos del Niño. Las plataformas digitales y aplicaciones son responsables de no explotar la vulnerabilidad de los chicos, mientras que las familias y las escuelas deben actuar como espacios de diálogo y contención, donde los chicos puedan aprender a navegar el entorno digital de manera crítica y consciente.

 

«Tenemos que estar en comunidad, exigirle al Estado, exigirle a las empresas, que respeten el interés superior de los niños y niñas. Al no tener los chicos la psiquis, la subjetividad construida, tienen menos herramientas que los adultos para poder discernir y comprender«, resumió la Directora de Chicos.net.


Un enfoque clave para prevenir el uso problemático de las tecnologías es acompañar a los chicos en su autonomía digital. Esto significa estar presentes en sus actividades digitales, no solo desde una postura vigilante, sino como guías que les ayuden a tomar decisiones informadas y responsables. Participar en sus juegos en línea, entender las redes sociales que usan y fomentar un diálogo abierto sobre sus experiencias online fortalecerá la relación de confianza y permitirá a los padres intervenir en caso de ser necesario.

 

«Si nuestros hijos están en un juego, entren con ellos, jueguen, compartan. Si usan TikTok, háganse una cuenta y conozcan de qué se trata. Conociendo las herramientas vamos a poder acompañarlos mejor«, recomienda Czarny.

 

Para concluir, Pedrouzo resaltó la importancia de prestar más atención a la calidad del contenido que consumen los chicos y chicas que al tiempo que pasan en línea, y ofrecerles otras opciones en el mundo físico, como actividades con pares, recreativas/deportivas, encuentros cara a cara, y sostiene: «La mejor preparación para el mundo online es el mundo offline«.