Por Oscar Andrés De Masi

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PRIMERA ENTREGA:

IGLESIA ANGLICANA DE LA SANTA TRINIDAD (HOLY TRINITY CHURCH) EN LOMAS DE ZAMORA.

 

El templo, declarado Bien de interés histórico y artístico nacional, se ubica en la Av. Almirante Brown nº 2577 de Lomas de Zamora (lado este de las vías del ferrocarril). Lamentablemente, el entorno, antes de baja altura, comienza a poblarse de edificios de tipo «torre», que quitan amortiguación visual al conjunto homogéneo del templo, su salón parroquial, la casa rectoral y el pulcro jardín arbolado.

 

Siguiendo la crónica registrada por Alberto S.J. de Paula, y en base a los datos compilados por el Rev.Townsend (The History of Holy Trinity Church, Lomas), debemos remontar al año 1871 la iniciativa de los numerosos residentes británicos de Lomas de Zamora, en el sentido de disponer de un templo anglicano local, edificado sobre terrenos donados por Henry A. Green, quien poseía su chacra e industria rural en la localidad. Los proyectistas fueron los arquitectos ingleses Ryder & Merry y actuó como  consultor Henry W. Ford. La construcción se encomendó a Juan Lapizonde.

 

La piedra fundamental se colocó el 26 de febrero de 1872 y la inauguración del edificio ocurrió el 12 de enero de 1873. Años más tarde, en 1888, la demanda de mayor espacio congregacional determinó la construcción de un presbiterio, sacristía, bautisterio, nave lateral y sala para órgano, a cargo del constructor J.Pollard, según proyecto del arquitecto E.C. Shearman. Las tareas concluyeron el 15 de junio de 1890.

En 1891 se amplió la casa rectoral, que luce como un pabellón más pequeño a un lado del templo y separado de aquel. En 1896 se encomendó al arquitecto Walter Basset Smith (residente en Temperley y famoso proyectista de residencias veraniegas marplatenses) la construcción de un salón parroquial cuyo volumen lo asemeja a la iglesia misma, aunque ubicado en un eje exento y transversal.

 

El conjunto sucesivo de edificios, de gran armonía entre si a causa de la analogía del lenguaje formal empleado, se emplaza en un parque de características pintorescas inglesas. Y ya que hablamos del estilo neogótico elegido para la arquitectura, tenemos algunos matices: Alberto de Paula identificó en la iglesia la variante del Decorated Style en la parte más antigua, con apelación al Early English en las ventanas del bautisterio. Por su parte, Merdhurst Thomas,(«architectural features of the church«) , prefería caracterizarlo, en general, como Early English pero con detalles de un período de Transición, derivado del Normando Tardío.

 

En el interior del templo se destaca el trabajo en madera tallada en la armadura de la techumbre que, por su semejanza y contemporaneidad con la Iglesia Metodista de Buenos Aires, De Paula arriesga la hipótesis de que hayan intervenido los mismos operarios, ¿probablemente carpinteros navales?. No lo sabemos.

Los sectores posteriores del presbiterio y nave lateral, presentan techos de mayor simpleza, pero, en compensación, De Paula señaló el aporte constructivo y expresivo del aparejo de ladrillos, en lugar de los revoques de uso anterior.

 

Otro detalle de raigambre inglesa advertido por De Paula (y antes, en general, por N.Pevsner) es la resultante de una compartimentación espacial de la nave principal, de neta longitud.

 

Los vitrales, debidos a la generosidad de numerosos donantes cuya memoria ha sido allí registrada, son de indudable mérito. Fueron, en general, fabricados en Inglaterra, con excepción de algunos más modernos que se ubican en el Baptisterio y que datan de los años 30´s. Algunos vitrales aluden a feligreses caídos durante la Primera Guerra y adquieren por este motivo un doble valor de memoria.

 

En suma, se trata de un templo que si bien no descuella por su magnitud, alcanza una exitosa proporción (Proportion is, of course, the real secret of architectural dignity, había escrito Medhurst Thomas) y logra un interés de conjunto, al echar mano a recursos pregóticos y neogóticos ingleses, sin exuberancias ni extravagancias, y por completo adaptados al paisaje de aquellas viejas Lomas de Zamora que los residentes británicos designaban como Green Lomas, y de cuyo pasado esplendor  hemos conocido, muchos de nosotros, un atisbo nostálgico…