Por: Tito Gastaldi
El Piamonte es una de las regiones septentrionales de Italia, lindante con Francia y Suiza, de las que la separan los Alpes. Una de las provincias que componen esta región es Cuneo, tierra natal de mis bisabuelos.
Hoy, mi prima Paola, residente en el área, nos envía datos y las fotos que ilustran esta nota para que podamos descubrir este hermoso lugar.
La provincia se ubica en el noroeste italiano, área de los llamados Alpes Cunesinos que conforman el límite natural con Francia. Esta frontera fue delimitada entre 1823 y 1825 por un trabajo conjunto entre ingenieros militares franceses y otros pertenecientes al Reino de Saboya (ya que fue anterior a la unificación italiana que acaeció recién en 1870). Se establecieron mojones en todo el trayecto de manera tal que cada mojón pudiese ser visto desde el anterior y el posterior. Estos “cippus” hechos en piedra se colocaron de a 2: uno con el escudo Sabaudo, la cruz y, el otro, con la flor de lis francesa y aún hoy se los puede ver.
El área, de gran belleza, posee montañas, valles y pequeños lagos enclavados entre altas paredes rocosas. Numerosos senderos permiten a los visitantes realizar diversos paseos recorriendo paisajes de ensueño.
Uno de ellos se inicia en los surgentes del Maira, un afluente del río Po. Al continuar por el camino se puede observar el pequeño poblado de Chiappera, rodeado por las cumbres alpinas. Continuando por el sendero que trepa abruptamente con curvas cerradas se arribará a las ruinas del Refugio Príncipe de Piemonte. Este refugio fue construido en 1911 y su nombre fue en honor al futuro Rey Umberto. Fue utilizado como campamento militar de verano, como así también por excursionistas y escaladores hasta que la Primera Guerra Mundial frenó su uso. Lamentablemente, pocos años después, en 1924 un incendio lo destruyó en gran parte y nunca se lo reconstruyó, quedando allí sólo sus ruinas como testigos de lo que una vez fue.
El recorrido continúa por el camino principal que comienza a descender por una depresión rodeada de bosques de alerces que llevan al Lago Visaisa rodeado de prados de fina hierba. Desde allí el sendero vuelve a trepar ascendiendo con curvas más o menos cerradas para llegar hasta la cima del acantilado que encierra otro lago, el Apsoi y una meseta desde la que se observan las colinas “delle Munie”, con su pintoresco lago homónimo.
Este reducido espejo de agua se halla rodeado por el Monte Oronaye y el Auto Vallonasso que se espejan en sus aguas. Asimismo se encuentra allí un pequeño manantial. El nombre proviene de “munio” cuyo significado es “monja. Se le dio ese nombre porque esas tierras fueron propiedad de las monjas cistercienses del monasterio de Dronero que les había donado el marqués de Saluzzo, cuyo castillo se hallaba en la ciudad del mismo nombre.
En los Alpes Cunesinos se pueden realizar otros recorridos por senderos preestablecidos permitiéndonos estar en contacto con la naturaleza en un paisaje de ensueño.